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¿Qué hace que la música sea psicodélica?

Basado en el libro: Psychedelic Popular Music: A History through Musical Topic Theory de William Echard.

La psicodelia musical puede entenderse como la confluencia de tres elementos íntimamente ligados: la experiencia psicodélica, la intención psicodélica y un estilo que con el tiempo se consolida en un repertorio de convenciones reconocibles. La experiencia psicodélica abarca tanto los estados de conciencia alterada (frecuentemente asociados al consumo de drogas) como los marcos culturales e históricos que la valoran como búsqueda de expansión mental (p. 30). A partir de esa experiencia, oyentes y artistas comienzan a atribuir a ciertos rasgos sonoros la intención de guiar, describir o intensificar dichos estados, lo que definimos como la intención psicodélica. Finalmente, estas intenciones cristalizan en un estilo psicodélico: un conjunto de recursos o tópicos musicales que, por su alta convención en la comunidad auditiva, acaban convirtiéndose casi en símbolos de lo psicodélico independientemente de su eficacia real para alterar la mente ECHARD, W. (2017).(p. 32).

En el plano sonoro, uno de los rasgos más visibles y pioneros fue el drone acompañado de riffs ‘sitáricos’. Ya en 1965, “Heart Full of Soul” de los Yardbirds presentó acordes drónicos con un gancho de guitarra que imita el sitar, sentando las bases del raga rock  (cap. 1, p. 19). Estos drones, se complementan con líneas melódicas oblicuas que oscilan entre tonalidad fija y deriva modal, evocando lo exótico sin renunciar a la coherencia tonal.

Paralelamente, las técnicas de producción se transformaron en un medio expresivo: collages de efectos (cintas al revés, variaciones de velocidad, eco extremo) y secciones instrumentales sin métrica definida contribuyeron a desdibujar los límites temporales de la forma canción, aludiendo a la experiencia del “flujo” psicodélico.

ECHARD, W. (2017). (cap. 3, p. 85).

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The Byrds hosting their "raga rock" press conference for the release of "Eight Miles High" in March 1966

(Wikipedia contributors, 2025)

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(Sly & the Family Stone - Complete Collection, n.d.)

Importancia de la mezcla

Uno de los rasgos menos comentados, pero decisivo, es el mix menos focal: 
El mix menos focal es un término que William Echard emplea para describir un tipo de mezcla sonora en la que no hay una jerarquía clara entre el primer plano y acompañamiento. A diferencia de las producciones convencionales, donde la voz principal o el instrumento solista se sitúa en el centro del campo sonoro y destaca con nitidez sobre los acompañamientos, en el mix menos focal las distintas capas voces, coros, efectos, texturas entran y salen del foco, compartiendo el espacio de forma más equitativa, lo cual genera una sensación de fluidez, expansión y colectividad.

Este tipo de mezcla tiene una genealogía clara en el gospel y el soul, donde las dinámicas de “call and response” y los coros colectivos ya promovían una escucha menos centrada en un solo emisor. Echard observa cómo en temas psicodélicos, como “Trip to Your Heart” de Sly and the Family Stone, esta práctica se amplía, mezclando múltiples capas vocales y texturales en un entramado cambiante que desdibuja los límites entre fondo y figura. Así, el oyente ya no sigue una línea melódica principal de manera lineal, sino que se sumerge en un espacio auditivo envolvente y mutable, lo cual refuerza la cualidad inmersiva de la experiencia psicodélica.

ECHARD, W. (2017).(cap. 3, p. 74) .

Recursos que hacen parte del lenguaje psicodélico

 

A continuación una lista de los principales elementos musicales que, según Echard, convierten una pieza en parte de la tradición psicodélica:

  • Drones prolongados (p. 19): sostenidos de tambura o equivalentes (ej. teclados o synth) que crean un fondo estático sobre el cual se superponen figuras móviles, tal como en el “raga rock” de mediados de los 60.

  • Floritura “sitárica” en guitarra (p. 19): riffs o licks con fuzz o bendings muy pronunciados que imitan el timbre y la ornamentación del sitar, usados como introducción, transición o cierre de temas.

  • Percusiones exóticas: golpes de tipo tabla o timbres manuales que aportan un color “oriental” o tribal, a menudo en contrapunto con ritmos funk o soul. ​

  • Collages de efectos de cinta (p. 85): loops, reversas, variaciones de velocidad y ediciones abruptas que desdibujan la continuidad temporal y abren espacios sonoros liminares.

  • Eco y reverberación intensos: tratamientos de espacio virtual que expanden la sensación de tridimensionalidad y ensanchan los contornos tímbricos. ​

  • Mezcla menos focal (p. 74): capas de voces y coros que van entrando y saliendo de la mezcla, sin jerarquía fija entre primer plano y acompañamiento, generando un efecto de fluidez colectiva. ​

  • Disoluciones texturales (p. 76 – 77): pasajes de transición donde la estructura rítmica y melódica “se derrite”, dejando paso a materiales libres y ambientes flotantes, muy comunes en puentes o C sections. ​

  • Ambigüedad armónica/rítmica: uso de progresiones modales o cromáticas (ej. grados alterados), pulsos de motor continuo con leves desajustes y polirritmias que evitan el groove predecible.

  • Formas en “viaje”: estructuras que progresan desde un arranque relativamente convencional hacia cimas de experimentalismo y collage sonoro, apelando a la sensación de descubrimiento o “viaje” interno ​

  • Cada uno de estos recursos fue observado por primera vez en grabaciones clave de mediados y finales de los ’60 y, gracias a su sistemática repetición y combinación, llegó a consolidarse como el vocabulario indispensable de lo psicodélico en la música popular.

Estas observaciones proceden de William Echard en Psychedelic Popular Music: A History through Musical Topic Theory

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